Como ayudar a nuestros hijos a afrontar la lluvia y el frío

Hablar de lluvia y frío en pleno agosto parece un poco precipitado. Pero como dice el refrán, más vale prevenir. Así que queremos dedicar este artículo a la temporada de invierno ahora, para estar mejor preparados cuando el frío y las lluvias hagan acto de presencia. Porque reconocerás que en cuanto te das cuenta llega el mal tiempo. Y con ello, los resfriados y las gripes de nuestros hijos. Así que es importante ayudarles a estar preparados y bien protegidos de estos elementos. Empecemos por la lluvia.

La lluvia es divertida, siempre que se disfrute de forma debida

Nos ha salido un poema y todo, jeje. En fin, a lo que vamos. Cuando llueve, los niños sienten una atracción hacia los charcos y los canalones. ¿Quién los puede culpar? Seguro que cuando tenías su edad, a ti también te encantaba chapotear en el agua.

Para que ellos puedan disfrutar de hacer lo mismo, es importante que estén bien protegidos. Ponles unos buenos complementos, como botas e impermeable para que puedan pisar ese charco tan llamativo, que está pidiendo a gritos que alguien pase por encima.

Incluso si no está lloviendo en este momento, es esencial que los acostumbres a ir bien cubiertos. Así evitarás que un chaparrón imprevisto acabe con unos días en cama por haber llegado a casa empapados. Si la previsión del tiempo da lluvia, aunque luzca un sol radiante es mejor llevar sus botas y el chubasquero. Aunque sea colgando del brazo si llevarlo puesto es demasiado.
Otro de los imprescindibles es el paraguas, que además es un complemento de moda perfecto en invierno. Elije un modelo que se adapte al tamaño del niño para que aprenda a llevarlo por su cuenta, y no dependa de ir debajo del tuyo.

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Una buena ropa de abrigo

A la hora de abrigar a los pequeños es esencial tener en cuenta que no podemos excedernos. A veces se ven por la calle niños que llevan tanta ropa que apenas pueden moverse al caminar, dando la sensación de que en cualquier momento pueden salir rodando. Puede ser gracioso para los mayores, pero a ellos les resulta muy frustrante.

Te en cuenta una cosa. Tu hijo o hija no tiene porqué sentir más frío del que estás sintiendo tú, de modo que si no llevas dos jerséis, unos guantes y un gorro encima, tampoco es necesario que los lleven ellos. Es más, si les abrigas demasiado empezarán a sudar, se deshidratarán y puede que incluso se pongan enfermos con más facilidad.

Hay cuatro puntos del cuerpo que deben mantenerse calientes. Los pies, que se protegen adecuadamente con un par de calcetines de lana y unas botas, las manos, las orejas y la nariz. Con un gorro, bufanda y manoplas o guantes podrán ir perfectamente sin parecer una croqueta.

En el carrito

Esta pauta se aplica también en el caso de los bebés. Es natural tener miedo de que cojan frío y puedan ponerse malitos, pero excederse causa más mal que bien. En el carrito tienen que viajar de manera confortable, y si notamos al sacarlos que están sudando, puede que tengamos que aligerar un poco la carga de ropa.

Si no quieres que entre nada de frío mientras están sentados en su carro, llévalos en un saco de dormir o envuélvelos en una manta. Puedes encontrar modelos de sacos muy graciosos en nuestra tienda, que además de mantenerlos abrigados harán que sean los más divertidos del parque.

Una buena dieta

Además del abrigo, una alimentación sana es importante para combatir el frío y la lluvia. Las vitaminas ayudan a que sus defensas se refuercen y el cuerpo esté mejor preparado frente a los cambios de temperatura.

Incrementa la cantidad de vitamina C sobre todo. Es muy importante para prevenir los constipados y ayuda a que el organismo funcione mejor. Aumenta la cantidad de frutas y verduras de temporada, que son las que aportan más nutrientes de cara al frío.

También debes cuidar la hidratación, haciendo que beban suficiente líquido para que el cuerpo reponga lo que pierde. Te en cuenta que aunque no sude de forma tangible, el cuerpo expulsa parte de la humedad a través de los poros. Además, con el frío la sensación de sed en menor y puede que el cuerpo necesite agua antes de que lo note.

Pon el ejemplo

Algo que ayuda mucho a que los niños hagan las cosas es ver cómo sus mayores también las hacen. Así que si les dices que tienen que abrigarse, haz tú lo mismo. Igual cuando hablas de protegerse de la lluvia o tomar líquidos, por ejemplo. A medida que van creciendo, se dan cuenta de si son solo ellos los que lo tienen que hacer o si también tú haces caso de tus consejos.
¡Disfruta del frío y la lluvia de forma saludable!

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