La higiene en los bebés

Un bebé esperado siempre es una adición bienvenida a una familia. Se suele decir que los bebés vienen con un pan bajo el brazo, porque son una razón de celebración y alegría en cualquier hogar. Cuando un bebé está en camino (o ya ha llegado), hay que tener en cuenta muchas consideraciones especiales. Una de ellas es la higiene del bebé; muchas veces no pensamos más allá de los baños ocasionales y el cambio de pañales, pero lo cierto es que hay otras cosas que valorar. Esto puede causar ansiedad en los padres primerizos que se ocupan de su primer hijo, ya que la higiene del bebé es una cuestión delicada.

Por qué es importante cuidar la higiene de tu bebé

El sistema inmune natural de un niño necesita contacto ocasional con gérmenes para funcionar bien. Los recién nacidos reciben cierta protección a través de los anticuerpos que obtienen de la lactancia. Sin embargo, esto no es suficiente para proteger al bebé de todos los gérmenes que pululan por el ambiente y que sin duda se encontrará durante sus primeros meses de vida. Cuando un germen nuevo entra en el sistema del bebé, lo más probable es que el niño enferme.

Por ello, es importante que en la medida de lo posible procuremos llevar un mantenimiento exhaustivo de la higiene del bebé, para mantenerlos felices y saludables. El cuidado especial y la atención que se le da a ciertas áreas, como el cordón umbilical o al pene, en caso de que haya habido una circuncisión, son importantes para mantener una buena higiene del bebé y evitar infecciones. En las visitas regulares al médico para llevar un seguimiento de la evolución del recién nacido, aprovecha para hacer preguntas sobre cómo mantener una buena higiene de tu hijo. Nadie nace sabiendo. A continuación encontrarás instrucciones básicas para la higiene del bebé.

Cuerpo y cabello

Un bebé recién nacido no necesita bañarse a diario. El lavado repetido de la piel del bebé puede hacer que se reseque. Los expertos aconsejan bañarlos de dos a tres veces por semana y que lo mejor es pasarles la esponja a los bebés en el baño hasta que el cordón umbilical y las áreas de circuncisión hayan cicatrizado por completo. Sin embargo, la cara y el área del pañal son una parte muy importante que requiere un lavado frecuente.

En el momento en que el bebé aprende a gatear, es importante prestar más atención a manos y pies en lo que respecta a la higiene. El baño también puede aumentar a diario a medida que se vuelven más y más activos. Las fórmulas suaves son las mejores para lavar el cabello del bebé, especialmente aquellas que no causan picor en los ojos.

Piel

No es raro ver que la piel del bebé se desprende en algunas zonas durante los primeros días, pero esto no es motivo de preocupación; no es la sequedad lo que lo está causando, sino el cambio en el ambiente que lo rodea. Usa jabón suave y sin perfume cuando laves la piel del bebé, para que no le cause irritación.

Cara

Quizá te preguntes si hay algo parecido al “acné de recién nacido” cuando ves que a tu bebé le han salido granitos en la cara. Esto es normal, simplemente mantén la piel humedecida con una loción suave y sin perfume (consulta a tu médico o farmacéutico) hasta que el problema desaparezca.

Uñas

Observarás que, comparadas con las tuyas, las uñas de tu bebé son más suaves, pero no te confíes. Podrán ser suaves y delicadas, pero son lo bastante fuertes como para cortar su delicada piel, así que debes cortar sus uñas regularmente. Puedes hacerlo mientras está dormido con unas tijeras de punta roma, especiales para bebés. Entretanto, si ves que sigue arañándose la cara, hay padres que les ponen guantes para evitarlo.


En conclusión, la higiene del bebé es muy importante, porque es algo que deberán implantar en su vida y su día a día. Lo mejor es comenzar a inculcarles una buena higiene cuanto antes mejor.

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