¿Por qué nuestros hijos enferman en la guardería?

Es posible que cuando tu hijo comienza la guardería, notes que trae más resfriados de la cuenta o que se enferma demasiado. Los niños no tienen un sistema de defensas natural tan fuerte como un adulto, por lo que si entran en contacto con gérmenes de manera habitual es más probable que enfermen. Cuando los niños pasan tiempo con otros niños, existe un riesgo mayor de contraer virus; es un hecho bastante simple de comprender, y en realidad este riesgo nos afecta a todos (con otras personas): si vives en una burbuja, estarás aislado pero no enfermarás; en cambio, cuando te relacionas con otras personas, estas personas pueden llevar consigo un club de fans de virus y bacterias con los que también entrarás en contacto, y es posible que acaben siendo tus fans también. O de tus hijos.

Hasta cierto punto, esto es algo normal, pero hay ciertos factores que incrementan las posibilidades de que los virus se propaguen y deriven en una enfermedad. A continuación os dejamos varios de ellos y qué podemos hacer para mitigar el contagio.

El primer factor de riesgo es la cantidad de niños que hay en una clase. Cuantos más niños haya, más será el riesgo de enfermedad. Es algo que se puede consultar en las guarderías antes de apuntar a nuestros hijos.

El más determinante, no obstante, es que algunos padres lleven a sus hijos enfermos a la guardería; ya sea porque no nos damos cuenta de que lo están (pueden estar en el periodo de incubación), o por las prisas de tener que ir a trabajar y no poder hacernos cargo de los hijos ese día. Aunque las guarderías a menudo recuerdan a los padres que los niños enfermos no deben ir a clase, muchas veces los padres no tienen alternativa.

Medidas que tomar para que los niños no enfermen

Las guarderías deben limpiar y desinfectar los juguetes y el equipamiento a diario; esto es determinante para reducir drásticamente la propagación de gérmenes y virus.

Además, los niños tienen que lavarse las manos antes y después de comer, y cada vez que van al baño. Lavarse las manos es la manera principal con la que las guarderías pueden combatir las infecciones entre los niños.

Los juguetes infantiles se ensucian a diario, y recolectan cantidad de gérmenes (pasan de mano en mano, se rebozan por el suelo y la tierra, etc.); esto es especialmente grave, porque la mayoría de niños se los meten en la boca. Es extremadamente importante limpiar los juguetes después de que los niños hayan acabado de jugar.

Mantener el espacio donde los niños habitan limpia es vital: mostradores, mesas, el pomo de las puertas, áreas de comer, los baños, etc. No es necesario volverse un obseso de la limpieza y usar cada día el desinfectante, pero hay que procurar que estén limpios y no se acumule suciedad.

Hay que tener también especial cuidado con los juguetes de la bañera, ya que algunos pueden producir moho si no se secan bien. Hay que procurar tener un control sobre estos juguetes, ya que el moho no es nada saludable; ni ingerirlo, ni tocarlo ni respirarlo.

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