¿Limitamos inconscientemente la autoestima de los hijos?

Cuanto más amamos los padres a nuestros hijos, más probable es que los niños desarrollen una alta autoestima. Sin embargo, amar a nuestros hijos no siempre es suficiente. Algunos padres adoramos a los hijos pero, sin saberlo, cometemos ciertas prácticas de crianza que pueden impedir que nuestros hijos desarrollen completamente su autoestima. Incluso si tus padres te dieron mucho amor durante tu educación, es posible que todavía tengas baja autoestima si cometieron uno o varios de estos hábitos. Al reconocerlos, nosotros mismos podemos asegurarnos de que no estamos de alguna manera coartando el autoestima de tus hijos.

Actitudes que podrían estar coartando la confianza de nuestros hijos

Esta es una lista de actitudes que podemos estar manifestando hacia nuestros hijos, y que pueden estar minando su autoestima.

No escuchar las emociones negativas de los niños

Puede ser difícil para los padres escuchar las emociones negativas de los niños, especialmente si se consideran socialmente inapropiados (por ejemplo, si no les gustan sus profesores o parientes) o si los niños sienten una emoción negativa hacia sus padres. Sin embargo, si no se muestra a los niños que está bien expresar emociones negativas, no aprenderán a manejar esas emociones más adelante en la vida.

Ten en cuenta que...
Los adultos a quienes se les ha enseñado a suprimir sus emociones negativas durante la infancia continúan reprimiéndolas como adultos, y pueden desarrollar problemas varios, como la depresión.

Algunos padres que no saben cómo escuchar a los niños que expresan emociones negativas dicen «Anímate» o «No seas tonto» o «Los niños grandes no lloran». Puede que tengan buenas intenciones, pero la mejor alternativa es atender a los niños y demostrar que los escuchas parafraseando lo que te han explicado (por ejemplo, «Puedo entender que estás enfadado porque te digo que no puedes tener galletas antes de cenar.”). Si aprendes que es malo sentir emociones negativas, te sentirás como una mala persona cada vez que surjan. En consecuencia, desarrollarás baja autoestima. Las emociones negativas son buenas y deben ser una oportunidad para aprender a gestionarlas; las personas con alta autoestima aceptan sus emociones negativas y las expresan de manera apropiada.

 

No controlar nuestras propias emociones

Los niños aprenden imitando a sus padres. Si los padres no somos buenos controlando nuestras propias emociones, los niños tampoco aprenderán cómo controlar las suyas, y de nada servirá que les exijamos que lo hagan. Para controlar nuestras emociones de manera efectiva, debemos permitirnos sentirlas, aceptarlas y luego descargarlas de manera apropiada en circunstancias apropiadas (por ejemplo, hablar con un amigo o escribir en un diario, en lugar de actuar de forma pasivo agresiva o haciendo destrozos). Es importante aprender a gestionar las propias emociones para desarrollar una alta autoestima. Para amarnos debemos aceptarnos. Cuando los padres no podemos controlar nuestras propias exaltaciones, podemos llegar a comportarnos de manera injusta con nuestros hijos, y eso no va a hacer bien a nadie; especialmente no hará bien a nuestros hijos.

Dar a los niños el mensaje de que es malo cometer errores

Los padres podemos querer ayudar a los hijos a desarrollarse recriminándoles por sus errores. Sin embargo, cuando se regaña a un niño por cometer un error o por fallar en una tarea, le dará la impresión de que los errores deben evitarse a toda costa. Para evitar hacer que sus padres se enfaden, pueden comenzar a ocultar sus errores o a culpar a los demás.

También pueden establecer metas más bajas por temor al fracaso. Como adultos, no se atreverán a soñar en grande y, como resultado, se sentirán mediocres, incompetentes y resentidos por tener menos que otros. Se siembra la semilla de la baja autoestima. En cambio, los padres pueden mostrar que está bien cometer errores, no prestándoles mucha atención, y en cambio centrarse en sus logros. Además, los padres debemos admitir nuestros propios errores para demostrar a los niños que está bien cometer errores y que hacerlo no los convierte en un malas personas o en personas imperfectas.

¡Recuerda!
El refuerzo positivo es más efectivo que el refuerzo negativo.

No decir no o no dejar que los niños digan que no

Algunos padres tememos perder el control de los hijos y, por lo tanto, no permitimos que los niños digan que no. A veces les demandamos obediencia ciega; esto les da a los niños el mensaje de que no está bien decir que no. Otros padres, en cambio, tienen miedo de poner límites a sus hijos. Aprender a decir que no es importante para el autoestima. Si el niño no aprende a decir no, puede terminar gastando toda su energía para complacer a los demás en lugar de preocuparse por sus propias necesidades. El estrés, la insatisfacción, la infelicidad y, por supuesto, la baja autoestima podrían ser parte de su realidad como adulto. Los niños necesitan aprender a decir que no, al permitirles decir que no y al escuchar a sus padres decir que no.

Enseñar a los niños a estar agradecidos por lo que tienen en lugar de querer más

Algunos padres nos enfadamos con sus hijos cuando piden más y les decimos que estén agradecidos por lo que tienen. Desarrollar un sentido de agradecimiento por lo que ya tienes es muy importante, pero para alcanzar metas en la vida también, y para ello necesitamos desarrollar una voluntad fuerte. Las personas seguras de sí mismas son personas que saben lo que quieren y se apegan a ello a pesar de los reveses. Los niños necesitan aprender que no siempre obtienen lo que quieren cuando lo quieren, pero que está bien querer cosas y tener metas. Cuando un niño dice «quiero más helado», los padres pueden explicar con tranquilidad y aceptación que no puede tener más helado porque eso no sería justo para todos los demás, en lugar de reprimir al niño diciéndole que se calle y sea feliz con lo que tiene.

No confiar en los niños

Para desarrollar la autoconfianza, los niños necesitan que sus padres demuestren que confían en ellos. Para desarrollar confianza en uno mismo, el niño primero necesita experimentar la confianza de los demás. Algunos padres queremos mostrar cuánto nos preocupamos por nuestros hijos haciendo muchas preguntas y ofreciendo ayuda. Demostrar que te importan tus hijos es bueno, pero a veces los niños necesitan sentir que crees que podrán tener éxito por sí mismos. Cuando los niños sienten que sus padres creen en su capacidad, los niños comienzan a creer en sí mismos y desarrollan una fuerte autoconfianza y autoestima.

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