Razones para portear a tu bebé

Seguramente te has dado cuenta que hoy en día un mayor número de mamás y papás portean a sus bebés. Esto, lejos de ser una moda reciente, es de hecho una práctica milenaria. Los cochecitos son un invento relativamente moderno, concretamente del siglo XVIII y sólo al alcance de las clases pudientes; no fue hasta el siglo XX que su uso se generalizó. Hasta entonces, los bebés se llevaron en brazos con la ayuda de pañuelos o trozos de tela permitiendo a la madre poder realizar su trabajo sin necesidad de separarse de su bebé, tal como se sigue haciendo en muchas culturas actualmente. El porteo es, sin duda, una manera muy efectiva de afianzar el vínculo con tu bebé.

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Portear a tu bebé es beneficioso para su salud física y mental

Los bebés necesitan ser abrazados y tener contacto permanente con el cuerpo de sus padres, sobre todo a edades muy tempranas. Tenerlos en brazos, portearlos en definitiva, es la mejor manera que tenemos los padres de expresarles nuestro amor, de decirles “te quiero” y que ellos lo comprendan. No pasa nada por tener a tu bebé encima todo el día, no se “mal acostumbran a estar en brazos”, porque estar en brazos es lo más natural tanto para tu bebé como para ti. Así que no hagas caso a quienes te dicen que no debes portear tanto a tu bebé, llévalo en brazos tanto como te sea posible, disfruta de esta etapa porque el tiempo vuela.

Si con esto no te basta, aquí van algunas razones más por las cuales el porteo resulta beneficioso tanto para el desarrollo de tu bebé como para ti.

  • Ayuda a que la transición entre el útero y el mundo exterior sea más llevadera para el recién nacido, ya que sigue en contacto directo con su madre.
  • Favorece la estimulación temprana: el bebé puede ver el mundo que le rodea desde tu misma altura, en vez de estar mirando hacia arriba como lo haría desde su cochecito.
  • Es beneficioso para el desarrollo de su cadera y columna
  • Ayuda a la digestión del bebé. Estar en posición vertical durante media hora después de una toma alivia el malestar causado por el reflujo. Si tiene cólicos, el tener su vientre contra el tuyo le ayudará a soportarlos mejor, a la vez que el suave balanceo de tus pasos le producirá alivio.
  • El porteo favorece ayuda a la producción de leche materna, ya que tienes a tu bebé en contacto directo con tu cuerpo. También te permite amamantarlo siempre que lo pida.
  • Beneficia el ritmo cardíaco y respiratorio del bebé.
  • Tu bebé se siente más seguro/a y protegido/a. Disminuyen la frecuencia e intensidad del llanto, ayuda a conciliar mejor el sueño, y por lo tanto tenemos bebés más relajados y, en definitiva, más felices.
  • Contribuye a afianzar el vínculo entre tu bebé y tú, a la vez que te permite libertad de movimientos y más accesibilidad a lugares en los que el cochecito resulta aparatoso.
  • También es importante tener en cuenta que durante los primeros meses, el papá es prácticamente un desconocido; el porteo es la mejor manera que van a tener ambos de poder conocerse y pasar tiempo juntos.

¿Cuáles son los mejores portabebés?

Ya te hemos demostrado que el porteo es muy beneficioso. Pero también es importante tener en cuenta que no todos los portabebés sirven. Resulta fundamental que elijamos uno que respete la anatomía y postura fisiológica del bebé, sobre todo durante los primeros meses de vida.

Es por esto que se distinguen dos etapas:

  1. La primera etapa de porteo, en la que hay que darle soporte a las partes del cuerpo en las que el bebé no lo tenga por su cuenta (cabeza y columna).
  2. Segunda etapa de porteo, en la que se le da prioridad al porteo confortable y seguro tanto para el adulto como para el bebé, y se da soporte a la zona lumbar.

Lo ideal es un portabebés ergonómico, en el que la postura del bebé es totalmente natural imitando a la que tiene en el útero materno: sentado de manera que el peso recae sobre su culito con las piernas flexionadas y las rodillas a la altura de su ombligo formando una M con respecto a su trasero (“posición ranita”).

Hay muchos tipos diferentes de portabebés ergonómicos, adaptados al desarrollo del/de la pequeño/a y a las preferencias paternas:

  • Bandolera: es una tela larga con dos anillas en uno de sus extremos que reparte el peso sobre un hombro y la espalda. Su uso está aconsejado solo para momentos puntuales o períodos cortos (para no cargar solamente un lado de la espalda del adulto). Se puede usar desde el nacimiento y permite amamantar al bebé.
  • Fular rígido: también es una tela larga pero en este caso va anudada y ajustada. Es el más versátil, se adapta al bebé a lo largo de su crecimiento y también se puede usar desde el nacimiento. Ofrece la posibilidad de llevar al bebé en diferentes posturas y se lava fácilmente. La variante elástica permite anudar sin necesidad de tener al bebé en brazos y sacar al bebé sin necesidad de deshacer los nudos, pero su uso está aconsejado hasta los 10kg de peso.
  • Mochila ergonómica: tiene el cuerpo preformado, tiras anchas y acolchadas que reparten el peso en los hombros y una banda ancha que se ajusta a la cadera, sobre la que recae la mayor parte del peso. Se ajusta punto por punto mediante correas, trabillas o cremalleras y se abrocha con cierres automáticos. Se recomienda su uso a partir de los 6-7 meses de edad (en función de su desarrollo, siempre teniendo en cuenta que mantenga la postura erguida y pueda sentarse por sí solo) y puede ser usado hasta el final del porteo.

Con tantas opciones a elegir, cómo saber cuál es la más adecuada para nosotros? La elección dependerá de varios factores: de la frecuencia con la que vas a portear, de la edad del bebé y su desarrollo, del sistema que te parezca más cómodo (nudos o cierres automáticos) o de si quieres usarlo desde el nacimiento hasta el final o solo durante una etapa en concreto. También es importante tener en cuenta otros factores no tan evidentes, como por ejemplo el clima de la zona en la que vives, o quienes más van a portear.

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